Carnaval de Bahidorá

Publicado en: Música | 25 febrero, 2016

Cóctel de sonidos, experiencias y pensamientos

El Bahidorá 2016 se celebró y, en un balance justo, sin duda fue un éxito.¿Todo perfecto? No, para nada, como toda obra humana que implica coordinación, dirección y mucha comunicación, existieron naturales contratiempos, menores afortunadamente.

Fotos: Jessanz

Lo que sin duda se debe agradecer de esta gran producción, es que viene a complementar muy bien, diríamos de maravilla –gracias a la curaduría de artistas, venue y perfil de evento-. Las experiencias que en este país se tienen hoy, como festivales y eventos en el ámbito de lo que es vanguardia: música electrónica, hip hop y rock, claro, en todos sus matices y subgéneros; en algunos casos con énfasis e hibridos caprichosos de sonidos y facetas de soul, R&B, cumbia, folclore, disco y pop.

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A continuación te presentamos una reseña, en esta ocasión por cortesía de la marca CORONA; que por cierto vale la pena decir: !que ricas estuvieron las chelitas!, y claro de nuestros reporteros Diego Abaunza y Diego De La Vega.

Reseña de Diego de la Vega

El primer día de Bahidorá, la colombiana Isa GT abrió el escenario “Asoleadero”, perfectamente adecuado en una isla a la orilla del río de Las Estacas. Después, los mexicanos Sotomayor brillaron al hacer bailar al público con su ritmo tropical, para después, a las 15:50, disfrutar de Teen flirt, estrella de Finesse Records y enseguida Beacon, de las grandes promesas del Carnaval, con su más reciente material discográfico.

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En el escenario “Central” abrió la Banda Baston, seguidos por BADBADNOTGOOD, Destroyer y Sonido Gallo Negro. Al atardecer, Antibalas hizo que el público no dejara de bailar ni por un segundo al ritmo del afrobeat. Hacia las 19:30 la esperada banda Rhye creó un ambiente de romance y nostalgia para adentrarnos a The Internet, que demostró cómo se debe experimentar con la música creando una hipnotizante mezcla de soul, trip hop y acid jazz. Para seguir la fiesta, la Terra incógnita nos trajo a Escort desde Nueva York, proyecto que sorprendió con una muestra del Nu-disco. Y a media noche, Bondax quedó a cargo de los pasos danzantes de la gente.

Placeres en abundancia

Por todos lados encontrabas entretenimiento para sólo dejarte llevar por el espíritu carnavalesco, el entorno natural y disfrutar al máximo las instalaciones, cuya decoración no recordó la vida infinita del planeta. Incluso podías tener una interesante, pero inútil conversación con Dios a partir de una cabina telefónica.

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Después del set de Âme, Saschienne cerró el escenario principal. En la oscuridad de la noche continuamos el rítmico disfrute en el dancefloor. Bailamos a la luz de la luna las frecuencias psicodélicas de Acid Pauli, y para un perfecto amanecer Satori nos brindó un set progresivo y místico. Ya siendo hora de buscar a mis amigos rendidos ante el cansancio horas atrás, los encontré  desayunando Kebab, una de las diversas opciones del food court, y continuamos con el mood tropical del Carnaval en el “Asoleadero”, donde el Búho -que por cierto lo entrevistamos y en breve te presentaremos la charla- ambientó la última vez que sentimos la energía del río y tomamos el sol con el set de ritmos de cumbia, funk, soul y jazz de Quantic. Sin olvidarnos de un último paseo por el dancefloor con una nieve artesanal en mano para escuchar la épica Orange Evening  de DWIG.

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corona15Definitivamente un evento al que hay que seguirle la pista, además de la oportunidad de acercarnos a talentos emergentes, cada año los organizadores perfeccionan los detalles. Un ejemplo es que fue el  primer evento del país que utilizó el sistema de pago cashless con éxito. Aunque carezca de un equipo de seguridad acorde al ambiente, nos van a demostrar que México no es la excepción en festivales de calidad.

Reseña de Diego Abaunza:

Cuando la música y la naturaleza se encuentran

Carnaval en Las Estacas, Morelos. La música fluía como el agua del río, cristalina y pura. Si te dejabas llevar por la corriente desde el borbollón llegarías a la música. Un toque carnavalesco y de rave hicieron de este un fin de semana inolvidable.

El carnaval comenzó a las 13:00 horas del sábado, inaugurado por Isa GT y La Banda Bastón, un festival con 3 escenarios: el Asoleadero Corona, que se encontraba del otro lado del río, Doritos Dance Floor y Escenario Central. Cada uno representaba algo diferente, tenía su propia propuesta.

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Cuando recién llegamos, estábamos hartos por el calor que nos había golpeado todo el camino en nuestro Sentra del 99 hasta el paraíso; Las Estacas. Llegamos a las cinco de la tarde. Corrimos al río a nadar; ahí es cuando la experiencia comenzó y no se detuvo hasta la tarde del día siguiente, nadamos e hicimos clavados. Vimos y escuchamos a Beacon, un duo electrónico de Brooklyn que supo hacer temblar al río con bajos latentes, perfecto para cerrar el sábado en el Asoleadero.

Después corrimos a ver a Antibalas, bailamos al sonido de las trompetas y tambores, un ritmo tropical fundado en México que alcanzó su fama después de estar en Estados Unidos. Seguí con The Internet, liderado por Syd tha Kyd y Matt Martians, afiliados de Odd Future, pero muy diferentes entre sí, con un toque fresco y elegante de R&B. Más tarde vimos a Escort, con una cantante picante que hizo que todos se fijaran en aquello.

Actividades

Hubo talleres durante todo el festival, que se encontraban en la aldea, donde por la noche se haría una fogata. Talleres como de capoeira, yoga, meditación, un observatorio astronómico y otras cosas para la relajación y liberación del espíritu. También había pintura para hacer de tu cuerpo una obra maestra.

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La música siguió toda la noche en el Doritos Dance Floor, con Acid Pauli, el pseudónimo de Martin Gretschmann, música electrónica perfecta para bailar de 4 de la mañana a 7, seguido de Satori, con un psy trance potente con el que vimos el amanecer sobre nuestras cabezas bailadoras, después de eso caí sobre un tapete junto a la fogata para dormir una hora y seguir con la experiencia Bahidorá.

Eran las 9 de la mañana y todos salían de su casa de campaña para el día dos del carnaval. Fuimos al asoleadero a esperar a que saliera el sol y meternos al río otra vez. El Bu’ho se encontraba en la cabina, con cumbia andina, sonidos de animales y tintes prehispánicos durante dos horas. En ningún momento decayeron los ánimos de los espectadores. Disfrutamos nuestras últimas horas escuchando a Quantic y a Dwig.corona17

Al último, antes de partir, comimos un helado con chamoy y sabíamos que jamás olvidaríamos lo que acabábamos de vivir. Era momento de regresar al sentra y a la ciudad de México, cansados pero con la ilusión de regresar para el Bahidorá 2017.

 

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