Intenciones creativas trastornadas

Tres fenómenos nacidos en los años 90, y consolidados a un nivel excesivo luego de cruzar el 2000, trastornaron las intenciones creativas de los dj’s de mil maneras.

Por un lado la proliferación de herramientas tecnológicas, que al poder usarse o descargarse en línea, posibilitaron que prácticamente cualquiera, en cualquier lugar del mundo, comenzara a mezclar beats y patrones con plataformas muy básicas, para crear sus primeros tracks, mismos que luego muy fácilmente se pudieron compartir en redes sociales y dominios de descarga. Esto hasta la fecha sigue siendo uno de los principales temas de debate entre la comunidad de músicos y creadores, que sienten un tanto prostituido su oficio; donde la formación y educación constante de habilidades y la disciplina en la búsqueda de un estilo propio, pasan a segundo término; cuando muchos chavitos comparten sus pininos a través de la internet, exigiendo un reconocimiento público, y la viralización de su nombre y sus proyectos… tristemente algunos lo logran.

Después, el crecimiento desmesurado de los festivales musicales alrededor del planeta, en los que aquellos dedicados a la música electrónica devoraron la escena desmesurados en la ambición, creando todo tipo de conceptos bajo el único argumento de ofrecer a la gente experiencias de diversión, desenfreno y baile sin importar nada más que eso; pero aprovechando, eso sí, la identidad de la electrónica como una forma de arte green-friendly y en muchos sentidos, dueña de un espíritu colectivo, alrededor de la música.

Y tercero, la conquista por parte de las más grandes firmas y marcas comerciales de estos festivales, quienes los han convertido en los últimos años, en un escaparate, ya no de talento, sino de sonidos creados para atrapar a un público joven que, embebido en el poder del beat, no reflexiona sobre los altos costos que estos eventos le significan y sobre la inminente pérdida de la esencia de la electrónica que se pone al servicio de la mercadotecnia, y las activaciones de distintos productos y servicios. Es aquí donde aplica la cita del clásico: “ Si nos va a llevar… que nos lleve en limosina ”.

Epidemia bajo control
El término EDM, Electronic Dance Music no es ni siquiera la definición de un género de música electrónica, es un procedimiento de marca que involucra la ejecución y presencia de varios estilos en los sets y propuestas de los cientos de DJ´s y productores que, año tras año, son integrados a los line up de estos festivales, pero donde el objetivo principal es atrapar la atención en vivo de una audiencia dispuesta a gastar grandes cantidades de dinero en esta experiencia. A veces me imagino a los promotores de estos masivos haciendo primero la selección de marcas participantes, para después pensar “ ah sí… por cierto, ¿a quién traemos a tocar? ”

La escena electrónica pues, se ha mercantilizado y ha dejado de lado en muchos casos los principios que acompañaron su esencia desde hace años como el PLUR (Peace, Love, Unity, Respect) y muchos otros más, mismos que han quedado sepultados bajo las montañas de vasos de cerveza y basura de productos en los pasillos del Electric Daisy Carnival, Tomorrowland o el Ultra Music Festival por igual.

Esto prolifera como un virus que contagia igual a los creadores que al público y donde, mientras las marcas y promotores siguen llenado de dinero sus bolsillos, la gente comienza a agotarse y aburrirse de la repetición de fórmulas y conceptos que ya no intentan conquistar su gusto y sus sentidos, sino matar de inanición sus carteras. Al tiempo…

The power is with us
Hace años tuve la oportunidad de entrevistar a deadmau5 para DJ Concept y en medio de una conversación muy divertida y aleccionadora, donde este peculiar artista canadiense vertía inteligentes críticas a la escena global de la electrónica, me compartió una frase que me parece clave para entender lo que este nicho musical significa; me dijo: “ lo que a mí más me entusiasma y me provoca para producir música electrónica, es la posibilidad de crear sonidos… que no existen en la naturaleza…”.

Las plataformas digitales, los dominios de descarga, el software en línea, los plugins virtuales, los controladores y, por supuesto, el acceso irrestricto a todas estas herramientas, han “democratizado” la creación de música electrónica hasta el punto en el que se pueden generar todo tipo de tracks y sesiones completas, tan sólo con la manipulación de botones virtuales y escritorios de trabajo en la compu.

Muchos de los grandes artistas de la música electrónica empezaron así, como un juego de experimentación, pero luego se lo tomaron tan en serio que buscaron aprender más y más. Auto-educarse para dominar sus herramientas y sacarles el mayor jugo posible, quizá con el paso del tiempo esa obsesión los llevó a querer clavarse en la textura sonora gustando hacer música para el cerebro y ya no tanto para el baile, haciendo conceptos cada vez más sofisticados y complejos.

Luego de algún tiempo y ya con todo ese camino recorrido, la historia nos demuestra que la mayoría de estos creadores regresaron a la lógica de, simplemente divertirse con su música para con ello divertir a los demás, y ponerlos a bailar, no debería ser algo tan nasty ni tan difícil de lograr.

DJ Shadow, uno de los tornamesistas y productores más alucinantes, divertidos y arriesgados en la escena del Hip Hop desde 1996, año en que sorprende a todo el planeta con su estupendo álbum “ Endtroducing…”; explica perfectamente la importancia de escuchar y conocer la música que se crea en un momento determinado, para poder proponer cosas originales como productor y buscar siempre generar nuevas ideas que enriquezcan la cultura musical planetaria, en una entrevista para Rolling Stone en el 2016 dice: “ Mi método siempre ha sido replantear una parte del proceso que me sacara de mi zona de confort y me obligara a adoptar una nueva forma de ir del punto A al punto B ”, “ En el momento en que te olvidas de lo que se está haciendo en este instante en la escena, creo que limitas tu capacidad de hacer algo realmente nuevo, escuchar música para hacer música, usar la tecnología para conocer la tecnología, esa es la consigna…”.

El asunto es impulsar la música sin olvidar que es un arte y no un producto, alimentar la cultura y el estilo de vida alrededor de esta y darnos el chance de conocer y disfrutar el trabajo completo de los grandes DJ´s y productores para apreciar lo que hoy en día tenemos al alcance de la mano y que todas las generaciones anteriores no tuvieron: toda la música que queramos y toda la tecnología que podamos consumir. Sólo hay que llevársela leve, pero segura…

En el 2020 nos encontraremos bailando en algún gran festival o un club coqueto y nos reiremos de todo esto, la electrónica es presente y futuro, a un mismo tiempo…esa es la característica que la hace protagonista fundamental de esta nueva era.