Kendrick Lamar, la revolución del rap llega a México
La Ciudad de México se convertirá en un epicentro donde la cultura, la política y la música chocan de frente: Kendrick Lamar llega con su Grand National Tour al Estadio GNP Seguros.
Su más reciente álbum, GNX, es un golpe directo: 12 tracks en 44 minutos que condensan la esencia de un artista que domina tanto el ritmo como la palabra. Aquí no hay relleno: solo beats pesados, herencia de la West Coast, y letras que incendian debates sobre identidad, política y sociedad.
Pero lo que hace único este álbum es el ruido que lo rodea. La guerra lírica con Drake ha sido más que un beef: ha sido un terremoto cultural. Euphoria y Meet the Grahams y Not Like Us, no fueron simples canciones, fueron dardos venenosos que paralizaron la escena global.
Aquí no hay relleno: solo beats pesados, herencia de la West Coast, y letras que incendian debates sobre identidad, política y sociedad.
Este 2025 también lo vimos en otro campo de batalla: el medio tiempo del Super Bowl LIX. Donde otros apuestan por el espectáculo vacío, Kendrick levantó un espejo incómodo: símbolos políticos, banderas prohibidas y un set que convirtió la celebración en una conversación sobre poder, racismo y resistencia. Una jugada arriesgada en horario estelar que solo alguien con su peso cultural puede permitirse.
Kendrick levantó un espejo incómodo: símbolos políticos, banderas prohibidas y un set que convirtió la celebración en una conversación sobre poder, racismo y resistencia.
A estas alturas, el currículum habla solo: primer rapero en ganar un Pulitzer por DAMN., decenas de Grammys, y una discografía que ya está inscrita en la historia (good kid, m.A.A.d city, To Pimp a Butterfly, Mr. Morale & the Big Steppers). Kendrick Lamar no compite con nadie: compite consigo mismo.
Y ahora México vuelve a recibirlo. Su paso por festivales como Ceremonia dejó claro que aquí hay un público que lo entiende, que lo corea como mantra, que lo siente como propio. El concierto de mañana no será un simple repaso de hits: será un ritual colectivo donde el rap se vuelve catarsis, y donde la voz de Kendrick retumba más allá del escenario.
En un mundo donde muchos artistas eligen el confort, K-Dot sigue siendo incómodo, provocador y revolucionario. Y eso es lo que hace que cada show suyo sea un evento irrepetible.
Mañana, en la Ciudad de México, no veremos solo a un rapero en vivo, veremos a Kendrick Lamar, el poeta incómodo de nuestra era