New Order, el orden de las cosas
Sin duda una de las bandas electrónicas más importantes de la historia, New Order ha tenido sus altas y sus bajas. Álbumes gigantescos, clásicos, lo mismo que sencillos inolvidables que se sobreponen al tiempo, forman parte de su legado universal. Una herencia que, por cuestiones personales y legales –tal como suele ocurrir entre hermanos–, se divide actualmente entre dos de sus miembros fundadores.
Es difícil pensar en otro ejemplo de una banda que se haya repuesto, con tanto éxito, de un suceso tan trágico como la pérdida de uno de sus integrantes principales. Los miembros de Joy Division no sólo se recuperaron del súbito suicidio de su vocalista Ian Curtis en mayo de 1980, justo en el momento que su carrera prometía despegar; también reinventaron su sonido al introducir a Gillian Gilbert a la banda, quien, además traía consigo un par de sintetizadores. Podría parecer una apuesta demasiado arriesgada, pero el tiempo probó de forma apabullante, que la idea no era tan descabellada; a final de cuentas la década apenas empezaba, y en el terreno del postpunk, todo se valía. Comenzaba un nuevo orden y New Order debutó, como tal, en marzo de 1981, con el sencillo “ Ceremony ”.
Britania sintética
Aunque el sonido sórdido de Joy Division poco tendría que ver con el estilo más bailable que desarrollaría New Order más tarde en la década, el ambiente sombrío y lo oscuro de muchas de sus letras reafirmaba su estilo. Además, el uso de recursos sintéticos como los sintetizadores y las cajas de ritmo, les vino muy bien ya que en Gran Bretaña se habían vuelto algo así como la vanguardia. Introducidos a la escena de la música popular por gente como Kraftwerk, Brian Eno o Giorgio Moroder, la gente poco a poco se iba familiarizando con su sonido aunque a mucha gente le tomó incluso décadas admitir que los ruidos provenientes de una máquina, también pueden ser considerados música, incluso arte. Un hecho contundente es que entre 1979 y 1980, tres de los sencillos más populares que llegaron y permanecieron más tiempo en el top ten de los charts ingleses, llevan algo de sintetizador: “ Cars ” de Gary Numan, “ Money ” de The Flying Lizzards y “ Don’t You Want Me ” de The Human League. El futuro estaba en las máquinas, le gustara a quien le gustara.
La fábrica, la hacienda y el nuevo orden
Los primeros años de los 80 son claves en la constitución y posterior consagración de New Order como una de las bandas más importantes en la historia. Sería imposible concebir su éxito sin tomar en consideración el papel fundamental que tuvieron la disquera Factory y el club nocturno The Hacienda. Estos tres factores –tal vez cuatro, porque varias de las portadas diseñadas por Peter Saville para dicha disquera son obras de arte por sí mismas- se combinaron en una trifecta que se convertiría en un círculo virtuoso: New Order se ganó un sitio en la historia, The Hacienda fue la casa donde nació una contracultura que bailaba en torno a las tornamesas y Factory capturó en sus estudios la esencia de bandas muy influyentes, como Orchestral Manoeuvres in the Dark o Happy Mondays, en álbumes que serán clásicos por muchos años.
La escena en torno a la música electrónica –que por entonces ni siquiera se le llamaría de ese modo- se fue gestando poco a poco durante de la segunda mitad de los 80, lugares como The Hacienda, en Manchester; o Factory, en Londres, fueron muy importantes en el Reino Unido -lo mismo que clubes como Pachá en Ibiza, Dorian Gray o Tresor en Alemania y the Warehouse o Paradise Garage de este lado del Atlántico- para consagrar y legitimar un género musical que se escuchaba a todo volumen. El papel de los clubes nocturnos en el desarrollo de la escena electrónica bailable, fue muy importante pues se revaloró al DJ como conductor de un trance de sanación y convivencia colectiva. Décadas después, el negocio es un circo multimedia multimillonario y global, parques temáticos con música electrónica de pretexto, que captan audiencias de decenas de miles de asistentes en un solo fin de semana. Habrá que enterarnos, pues, de que todo empezó en lugares más modestos como The Hacienda, con cupo para no más de 800 renegados bailando al ritmo del futuro.
Lunes de oro o cómo se conquistó el Oeste
Es en este contexto de gestación de una contracultura en torno al baile que explota como una bomba “ Blue Monday ”, sin duda el sencillo más popular de la banda y todo un himno para el género. Bajita la mano, estableció por mucho tiempo los parámetros para hacer un track bailable, que funcionara lo mismo para un público sonidero o high-energy, que en lugares más fresas, entre música más pop, propia de estratos sociales más altos. Estrenado originalmente en marzo de 1983, tiene un historial tan largo de lanzamientos y relanzamientos, ediciones y rediciones, ingresos y reingresos a los charts, que podría decirse que ya ni AMLO lo ha intentado tantas veces. Las ediciones de este sencillo comienzan con su estreno en 1983, luego lo reditaron en 1985, 1988 y 1995. No por nada ha vendido más de tres millones de copias globalmente a la fecha, y tiene ediciones lo mismo en Perú que en Grecia, Filipinas, Sudáfrica o Escandinavia. Aunque es un hecho que desde su lanzamiento pegó con todo, habrá que reconocer que la redición de 1988 le ayudó a conquistar el jugoso mercado estadounidense –que representa muchos millones de dólares en copias vendidas y giras. Esto sin mencionar el nuevo impulso que le dio a la carrera de la banda. Tras aparecer en el álbum doble recopilatorio Substance, de 1987, “ Blue Monday ” volvió a la carga y New Order entró en los gustos de una nueva generación de fanáticos de la cultura de clubes, quienes confirmaban que la fiebre se había extendido ya por varios continentes.
Ídolos de ídolos
Con el tiempo, Blue Monday se convirtió en el sencillo más vendido de todos los tiempos y un referente dentro de la naciente música electrónica para todos aquellos interesados en este nuevo género. Lo mismo para los grupos que comenzaban una carrera como para aquellos que incluso contaban ya con renombre y prestigio, New Order y su exitoso sencillo se convirtieron en el ejemplo a seguir. Su éxito fue tal, que incluso la banda más respetada, los padrinos de este género, trataron de emular sus pasos y conseguir un sencillo así de exitoso.
“´BLUE MONDAY´ TIENE UN IMPACTO SÓNICO QUE MUY POCOS DISCOS TIENEN. REALMENTE FUE UNA JOYA Y ES MUY IRÓNICO –Y TAMBIÉN MUY TRISTE– QUE NOS LA HAYAMOS ROBADO DE UN B-SIDE DE DONNA SUMMER”
Peter Hook, bajista fundador de la banda y poseedor de una fuerte personalidad que lo ha metido en problemas más de una vez recuerda en perspectiva lo que pasó con “ Blue Monday ” y Kraftwerk. “ Existe una circularidad bastante extraña al respecto. Por aquella época nosotros tratábamos de imitar a Kraftwerk, pero al final, ellos terminaron tratando de imitarnos ” y en una revelación casi inimaginable recuerda: “ Después de que grabamos ‘ Blue Monday ’, los tipos de Kraftwerk fueron al mismo estudio que usamos –Musitech, un pequeño y modesto estudio en la provincia británica– pues querían capturar el sonido que nosotros habíamos logrado. Sin embargo, no bien entraron al estudio, se dieron cuenta que el equipo con el que se contaba ahí no era, ni por mucho, moderno. Más bien, se dieron cuenta que el equipo para grabar ahí era bastante viejo. En cuestión de minutos –y aún reacios a creer que en efecto habíamos grabado allí– se dieron la vuelta y se marcharon ”.
Razones para continuar
Aunque no todo fue miel sobre hojuelas. Para inicios de los 90 The Hacienda se había convertido en un club nocturno lleno de dealers y con frecuentes problemas con las autoridades. Los mismos integrantes de New Order han aceptado cómo el club sangró económicamente por mucho tiempo a la banda. Incluso tuvieron que grabar a regañadientes el disco Republic en 1993 y obtener así el dinero suficiente para saldar las deudas del club. Un acto obligatorio, pues The Hacienda estaba respaldado financieramente por Factory Records y si no se rescataba al club, la disquera corría el peligro de ser confiscada.
Los 90 fueron años complicados para la banda. Sin embargo, aunque sólo grabaron un álbum de estudio durante dicha década, este periodo fue clave para legitimar su legado. Al mismo tiempo que la música electrónica se iba haciendo cada vez más popular, el nombre de New Order seguía afianzándose como una de las propuestas más valiosas del género, apareciendo lo mismo en recopilaciones o tributos que en soundtracks de películas. Así llegaba el nuevo milenio, con la banda inmersa en un silencio autoimpuesto pero con una reputación que crecía de la mano de un género que se hacía legítimo. Era impensable no aprovechar esta coyuntura para seguir adelante y producir cosas nuevas.
El silencio de las sirenas
Los primeros años de este milenio volvieron a poner a la banda en la mira. Con un disco nuevo (Get Ready) y una película que describía el nacimiento de toda una escena (24 Hour Party People), New Order parecía estar tan en boga como siempre. Colaboraciones con miembros de bandas como The Smashing Pumpkins o Primal Scream, les regresaron su popularidad y los llevaron a aparecer en listas como “ las 50 bandas que debes ver en vivo antes de morir ”, ´publicada por Q, una de las revistas con más prestigio en el universo británico de la música. Para 2005, el lanzamiento de Waiting for the Sirens Call significó dos cosas: el ingreso de Phil Cunningham en remplazo de Gillian Gilbert y la salida definitiva de Peter Hook. De hecho, él mismo declaró que New Order había terminado. Sin embargo, Bernard Sumner –guitarra y vocalista fundador– tenía otros planes y es a partir de entonces que comienzan las diferencias y los pleitos legales entre los miembros originales que continúan hasta la fecha. El lanzamiento de dos discos tras la disolución de este grupo seminal (Lost Sirens y Music Complete, de 2013 y 2015, que, por cierto, los ha llevado de vuelta a los sintetizadores análogos), han agregado leña al fuego y la guerra de declaraciones infames, demanda legales y libros autobiográficos reveladores no ha cesado.
Así, por un lado Sumner declara que su corazón sangra por las acciones y palabras de Hook pues “ dejó la banda y ahora se queja de haberla dejado. Pero le deseo lo mejor en lo que sea que esté haciendo ahora aparte de insultarme en los medios. Está muy enojado, pero si tú decides tomar un camino, no culpes a la gente por esa elección que sólo es tuya.” Y, por el otro, Hook declara el fin definitivo de un grupo épico: “ Es un fin trágico para una historia maravillosa. Todos los esfuerzos que hicimos para revivir a la banda una y otra vez, han sido ridiculizados por esta pelea terrible y estúpida. Cómo me gustaría que Ian Curtis estuviera aquí para que nos jalara las orejas, pero me gustaría más que todo esto acabara y que pudiéramos respetarnos. Somos personas diferentes pero compartimos la misma herencia y deberíamos aprender a compartirla con más gente ”. Una herencia “ que nos pertenece a todos ” como diría su canción “ Thieves Like Us ” y que ninguna disputa legal o pleito pendenciero, podrán arrebatarnos.
