Small Big World

Publicado en: | 21 septiembre, 2018

Cómo darle la vuelta al mundo y no morir en el intento…

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Hay quienes creen que el mundo se ha hecho más pequeño, quienes piensan que el planeta se ha reducido sustancialmente cuando la tecnología y la portabilidad digital nos han dado el poder de la inmediatez. El poder entablar comunicación con cualquier persona en prácticamente cualquier lugar del mundo pareciera hacernos capaces de derrumbar las fronteras y diluir las distancias.

No sólo contamos con herramientas cada vez más pequeñas, portátiles y poderosas, sino que además, estas nuevas armas nos están permitiendo, en términos de comunicación, ser al mismo tiempo el emisor, el mensaje y el receptor.Los canales de noticias y las plataformas periodísticas en todo el globo cada vez recurren con mayor frecuencia a la internet y las redes sociales para obtener sus notas y a partir de ahí generar contenidos que han motivado una transformación ya imparable en los medios tradicionales (hasta hace 10 años) como la televisión, la radio y los medios impresos.

Sin embargo todo esto, no es totalmente cierto.

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From Virtual To Reality
Como desde siempre en la historia de la especie humana es necesario moverse para realmente recorrer el planeta y experimentar en carne propia todo lo que tiene para ofrecer.

Ninguna imagen bidimensional, videoclip o recorrido virtual puede superar la increíble experiencia de poner nuestros pies en cada una de esas latitudes que por alguna razón nos resultan atractivas.

Como sabemos la naturaleza de la raza humana es esencialmente nómada, desde los primeros sujetos que podemos realmente llamar homínidos, la necesidad de trasladarse alrededor del mundo fue lo que permitió no sólo su supervivencia, sino su expansión a lo largo y ancho de los cinco continentes, impulsando con ello la generación y la mezcla de culturas que dan lugar a las sociedades modernas como hoy las conocemos.

De la misma manera esa necesidad de moverse es lo que ha posibilitado que el arte crezca, se recombine, se mezcle y con ello se enriquezca hasta el extremo.

En la música esta regla no tiene excepción, en una circunstancia como la actual donde la fusión en todas sus formas es el destino predecible de los sonidos terrestres todo aquel que quiera hacer una carrera, un estilo de vida y una profesión alrededor de la música debe comprender y aprovechar la importancia de volverse nómada y salir al gran mundo a obtener la materia prima que necesita para crear una obra original, propositiva y exitosa.

mixing-desk-994710_960_720FOR THOSE…
Resulta muy recomendable la película documental For Those About to Rock (La historia de Rodrigo y Gabriela) que cuenta justo la experiencia de un par de chilangos que con nada más que su pasión por la música se lanzan a Europa con ningún equipaje más que un par de guitarras. La única consigna: hacer lo necesario para sólo vivir de y para la música y jamás regresar a México.

Diez años después festivales de peso como Glastonbury, Coachella y Lollapalooza han visto pasar por sus escenarios la energía imparable de Rodrigo y Gabriela, dos mexicanos que, si bien no fueron profetas en su tierra, lograron hacer tangible el sueño al que desde muy jóvenes se aferraron, darle la vuelta al planeta… haciendo lo que más les gusta…

Y es que no es sólo el poder escuchar en vivo y a todo color los sonidos propios de cada país o ciudad, es dejarse contagiar por el temperamento de su gente, escuchar otros idiomas (y en el mejor de los casos aprenderlos), probar otra comida, ver otros rostros, caminar otras calles, respirar otro aire, incluso circunstancias como el clima pueden influir también y de manera muy importante en nuestras emociones, pues no es lo mismo adaptar el alma al frío profundo que liberar el espíritu al calor y al mar.

En esta diversidad cabe también la posibilidad de conocer otros instrumentos y herramientas musicales que amplíen el rango de acción de cualquier músico, dándole argumentos para volver más rica y multifacética su propia propuesta musical.

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¡AFRIQUÉ!
Recuerdo hace unos años haber viajado a España, de hecho a Barcelona a cubrir el festival Sónar que resulta alucinante pues va mucho más allá de la música al incluir cine y arte multimedia entre muchas otras cosas, aunque el festival y Barcelona resultaron en una experiencia fantástica, lo que realmente impacto a mis neuronas fue un breve viaje que hice a las puertas de África.

Hay en el sur de España una pequeña villa llamada Algeciras en la zona de Andalucía y en la orilla Europea del famoso estrecho de Gibraltar, es un pueblo muy de esa zona, con autos pero también caballos, con calles modernas pero casas que parecen sacadas de una película de Buñuel, hay también ahí un ferry, un pequeño barco que por unos 10 euros y por 30 minutos cruza la ruta del Mediterráneo para llegar rápidamente a Tanger, ciudad en la costa de Marruecos, que es por mucho una de las principales puertas de acceso al África.

El impacto es maravilloso y sorprendente, pues en unos cuantos minutos se pasa de una ciudad completamente europea a otra completamente africana, con camellos, mujeres con burka (burka es la tela con las que las musulmanas cubren su rostro), turbantes árabes por todos lados y pieles tostadas al sol, tambores que suenan por las calles, mercados repletos de dátiles y colores y sabores de la sabana negra siempre fértil y brutal, kalimbas* sonando bajo el viento marroquí dan la sensación de haber cruzado sin darnos cuenta, a otra dimensión. (*la kalimba es un instrumento a la vez melódico y de percusión).

LIVING & LEARNING
Viajar es así, la realidad nos tiene reservada una sorpresa a la vuelta de cada esquina, lo que es fundamental es traer las antenas bien desplegadas, los sentidos al máximo y el disco duro que tenemos entre las orejas registrando y grabando todo lo que se nos presente, no importa a qué nos dediquemos profesionalmente o cuál sea nuestro proyecto de vida es seguro que en cualquier momento todas esas imágenes, sonidos, lugares y personas podrán ser materia prima para que nuestra creatividad haga el resto.

Por eso en este Small/Big World la primera frontera que debemos transgredir es la de la pantalla de nuestra Lap o nuestro Smartphone, dejar de vivir un poco en virtual creyendo que a través de videos y servidores estamos conociendo el mundo y atrevernos a dejar nuestra zona de confort para dar el gran salto, para cruzar los mares y con agallas y actitud recorrer este planeta lleno de delicias en todos los sentidos.

Si dejamos de poner pretextos y tomamos la vida por los cuernos nos daremos cuenta de que viajar es más fácil y accesible de lo que pensábamos e incluso más barato, pero la única, la auténtica forma de lograr una conciencia global y con ello una postura imparable en nuestra existencia es echando la mochila al hombro llena de nuestro sueños, que allá en otras latitudes pueden germinar, crecer y multiplicarse… es leer el libro completo de la vida… como decía Voltaire.

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