DJ Cam: Trip-Hop por accidente

Publicado en: | 24 septiembre, 2020

Escuchar “Free Your Turntable and Scratch Will Follow”, uno de los hits más representativos de este francés, equivale a aventarse un clavado al océano anestesiante del trip-hop.

Un beat relajado de casi ocho minutos, tornamesas con un scratch casi lírico, sampleos con frases intrigantes y retazos de piezas clásicas de jazz. Música ideal para tardes ociosas en la soledad y noches inolvidables en la compañía.

Dicha canción samplea -entre otros célebres clásicos- “In a Sentimental Mood”, una verdadera obra de arte interpretada por dos gigantes del jazz representando generaciones diferentes: Duke Ellington y John Coltrane. DJ Cam captura un momento irrepetible en la historia del jazz y logra que adquiera otra dimensión a través del sampler, la fusión y el tiempo. Esta proeza de la mixología musical y el downtempo es sólo un ejemplo de lo que este DJ ha hecho por más de 25 años.

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“Comencé a hacer trip-hop por error. En 1993 quería hacer hip-hop clásico, estilo NY, pero no tenía dinero ni conectes para conseguir un MC. Entonces decidí hacer hip-hop abstracto y le bajé un poco los BPM”.

Etiquetas y referencias

Nacido en París y bautizado como Laurent Daumail, DJ Cam es una referencia absoluta del mejor trip-hop noventero y uno lo pocos artistas de aquella generación que sigue produciendo. Aunque hace ya varios años que se desmarcó del género y las etiquetas: “Lo llamaron trip-hop en 1996, pero hay muchas otras cosas detrás. Yo vengo de la escena hip-hop, por ejemplo”, admitía Cam en una entrevista para Inverted Audio hace unos años. Aunque las etiquetas, por muy odiosas que sean, le siguen sirviendo, ya sea para deslindarse o hacerse promoción.

DJ

“Dejé la escena trip-hop en 2001 y comencé a hacer más soul a partir de mi disco Soulshine”

Quizá en un intento por volver a lo básico, formó junto con otros cuatro músicos DJ Cam Quartet en 2008. Un espacio para (re) interpretar clásicos de jazz y hip-hop. Lo mismo “Everybody Loves the Sunshine” de Roy Ayers, que “It’s Mine” de Nas o “extractos de Angel Heart, banda sonora compuesta por Trevor Jones para la película homónima de Alan Parker. No es coincidencia que el título debut de su cuarteto sea Rebirth of Cool, un evidente eco del mítico Birth of the Cool; un disco de Miles Davis que cambió el rumbo del jazz en 1957. Una contundente prueba de que el ojo de Cam sigue fino, pues las canciones que selecciona para versionar tienen –digamos- una vida propia que les permite renacer a la menor provocación.

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Por otro lado, su gusto por la fotografía lo ha llevado a exponer sus imágenes en galerías y desde hace diez años vive en California, cerca de Hollywood, donde ya ha compuesto soundtracks para series de TV. Éstas son sólo algunas de las razones que un artista tan talentoso y cosmopolita como él, tiene para deslindarse de un género musical que pasó hace tanto tiempo y al que llegó, según sus propias palabras, fortuitamente: “Comencé a hacer trip-hop por error. En 1993 quería hacer hip-hop clásico, estilo NY, pero no tenía dinero ni conectes para conseguir un MC. Entonces decidí hacer hip-hop abstracto y le bajé un poco los BPM”.

Música cinemática

Y, como dirían los franchutes, “Voila!”. Con ustedes el trip-hop francés. Porque él no es el único, Ollano, Kid Loco, The Mighty Bop, Télépomusik, Wax Tailor y muchos otros paisanos suyos lo practicaron. O, sencillamente, se dejaron influir tarde o temprano por este ritmo que descafeína –para comodidad de los escuchas- el jazz y el hip-hop, dos de los géneros menos comprendidos y más estigmatizados; mismos que Cam no ha dejado de cultivar y reinventar. Ya sea con discos clásicos como Underground Vibes o The Beat Assesinated, con el trabajo más lírico que hace con su cuarteto o con el soundtrack no oficial de Miami Vice en el que trabajó (tras de décadas de usar beats sacados del gangsta rap) con MC Eiht, lo más parecido a un gangsta rapper; este inquieto tornamesista sigue en su afán por crear paisajes sonoros abstractos, ideales para ir de fondo en una de las fotos que últimamente le ha dado por exponer.

De hecho, uno de sus proyectos más recientes es un libro de fotografía, con una banda sonora ambiental, sin secciones de percusión, para acompañar las imágenes. Por si alguien dudaba que este género, aunque a Cam le choquen las etiquetas, está más casado con las imágenes que un Viewmaster.

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