Portishead: Sutil toque de un sonido
El primer instrumento humano, antes de descubrir el ritmo –al notar que golpeando ciertos objetos podíamos crear patrones–, antes de pensar en la tensión de las cuerdas o la posibilidad de los alientos; fue la voz humana.
Fue ésta la que se consolidó como el primer elemento sonoro que nos dio la posibilidad de explorar los territorios de la melodía y, con ello… crear la música. Sin duda, la voz femenina, por su tesitura y delicadeza tiene una mayor facultad para hipnotizar y sublimar las emociones. La dulzura y la potencia de una mujer, llevando sus sueños, deseos y pensamientos a palabras proyectadas en una gran voz, siempre nos derrite y nos atrapa.
En Bristol Inglaterra, alrededor del año 1991 surgió un proyecto que dio al mundo la oportunidad de conocer y disfrutar una de las voces femeninas más sorprendentes de los últimos años. Su nombre: Beth Gibbons, sus aliados: Geoff Barrow y Adrian Utley, el proyecto: Portishead.
The sound inside our heads
El primer ingrediente de esta exitosa ecuación es la capacidad multi-instrumental y el talento de Barrow, un hombre que se ha formado a lo largo de los años como un músico de oficio. Disc Jockey, arreglista, tecladista, compositor, cantante, remezclador, baterista y mucho más, Geoff ha aprovechado sus capacidades para trabajar con proyectos que van desde Primal Scream a Depeche Mode, pasando por Neneh Cherry, Tom Jones y The Horrors, hasta Arcade Fire, entre muchos otros conceptos en el mainstream.
Ya sea como compositor o realizador, igual que como artista invitado, ha podido crear tracks y arreglos para los mejores artistas en el orbe.
Como dato a pie de página, el nombre Portishead proviene de la pequeña ciudad cercana a Bristol donde Geoffrey tuvo que vivir a los 11 años, cuando sus padres se divorciaron. Por otro lado, Adrian Utley, productor y guitarrista, se ha sabido ganar un lugar al lado del dueto original conocido como Portishead (Gibbons y Barrow), al co-escribir varias de las mejores canciones en la historia de la banda.
Y por supuesto la increíble Beth, con su tono contralto y su inefable presencia escénica y que mucha gente reconoce como la auténtica cara del grupo. Ha tenido la inteligencia de ser fiel a su energía y sus orígenes, manteniendo su búsqueda e identidad musical por los mismos senderos que hace 39 años que nació Portishead, en un rincón de Bristol… pero con nuevas motivaciones.
Cuando estos tres personajes se conocen a final de los 80 se dan cuenta de inmediato del vínculo que los une, al compartir no solamente gustos o perspectivas de la realidad, sino una insaciable ansiedad creativa; decidieron escuchar las voces en su cabeza, y crear este grupo que hoy día, igual que los grandes de Bristol, son una referencia obligada para comprender la evolución de la música planetaria.
